miércoles, 8 de febrero de 2017

La verdadera felicidad
Estoy en una pradera, no sé cómo he llegado allí, pero no quiero marcharme, por primera vez, en semanas, siento tranquilidad. Estoy tumbada sobre el suave manto verde al que todos llaman hierba, me doy cuenta de que no llevo ropa habitual, si no un vestido color rosa pálido, con un corsé con encaje y un poco de pedrería; la falda es de tul, bastante grande, pero ligero y fácil de manejar. Escucho una voz… me llama…. me dice algo…. cuando estoy a punto de entenderlo…. suena el despertador.
8:00 AM, todavía recuerdo ese sueño, que extraño…. decido no darle importancia, tengo que ir a la Universidad. Me levanto y voy al baño, allí veo mi nombre escrito con letras de bombillas: “Idril”; significa “chispa” o “brillantez”, pero nunca le dí demasiada importancia.
Sigo pensando en ese sueño, en lo que me dijo la voz….
La voz era infantil, y era femenina…. creo que voy a dejar de darle vueltas.
9:00 AM, camino de clase, estoy estudiando Psicología. me gustaba adentrarme en la mente de los demás y descubrir qué tipo de traumas tenían, me parecía muy interesante.
Llego a clase, me siento en mi sitio habitual, llega la profesora, dice: “ haremos un baile”
no me emociona la idea, pero tampoco me desagrada. Acaba la clase, voy a mi cuarto, y me encuentro una nota sobre la cama: “Nos veremos pronto, princesa Idril”. La carta no estaba firmada, esto me esta empezando a dar miedo….
Pasa una semana…. dos….tres…. el día del baile. Me doy cuenta de que no tengo que ponerme, aunque tampoco es que me importe demasiado. Llaman a la puerta.
Cuando abro, solo hay una nota: “Mira detrás de ti”. Miro. En la cama hay un vestido enfundado, bajo la cremallera lentamente, observo el vestido, es el mismo del sueño.
Decido ponermelo, aunque no se como ni cuando ha llegado hasta aquí, pero tengo el presentimiento de que debo hacerlo. Me empieza a doler la cabeza, pasan recuerdos, muchos recuerdos….yo….recuerdo a mis padres….recuerdo a un hermano….recuerdo….que soy una princesa heredera….
Me levanto del suelo, aunque no recuerde cómo he caído, me doy la vuelta, veo a alguien.
Tiene el pelo oscuro, un ojo azul cielo y el otro de un color cobrizo, exactamente igual que yo, entonces me doy cuenta del parecido que tenemos, consigo articular una palabra: “Hermano?”; Asiente, me extiende la mano, y aún siendo un desconocido, se la ofrezco.
Recuerdo más, recuerdo como mis padres biológicos se preocupaban, veo a un bebé, siendo secuestrado, por una persona que me resulta muy familiar, mi madre. Ella murió en un accidente automovilístico cuando tenía 16 años. Cuando logro entenderlo todo, mi hermano mellizo biológico me habla: “Acompáñame, nuestros padres, los reyes nos esperan” , lo acompaño, y ahora, creo que de verdad, tendré una familia que me amara de verdad, y no como me ha pasado toda la vida, que he estado sola, sin padres, y sin amistad, ahora sabré lo que se se siente al ser FELIZ

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