UN SUEÑO PROFUNDO
Josefina era una mujer tan, y tan extraña, que las noches se las pasaba solitaria. Nadie se aventuraba a saber la real causa por la que la muchacha era así. Los libros que leía Josefina, eran el atajo que usaba para huir de la cruel realidad, que viva cuando dejaba de leer.
Ella tuvo una infancia y adolescencia atroz; era hija única, de unos marqueses de Madrid. Se pasaban los días derrochando dinero, ya que tenían en abundancia. Volviendo de unas vacaciones en Los Alpes, la familia sufrió horripilante accidente en coche. Sus padres murieron tras estar en coma dos semanas. Josefina entró en un sueño profundo durante dos semanas también -un poco más tarde que sus progenitores-. Durante esa narcosis, fantaseaba con historias inimaginables. Al desvelarse de ese desmesurado sueño, se pasó el resto de sus días leyendo libros, que le adentraban en memorias similares e incluso mejores a las que ya había anhelado.
Esa es la causa por la que Josefina, pasaba el mayor tiempo posible leyendo y reviviendo momentos como esos. Sólo existían ella y el libro.
Esa es la causa por la que Josefina, pasaba el mayor tiempo posible leyendo y reviviendo momentos como esos. Sólo existían ella y el libro.
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